Ayudame! Ayudame! Por favor Valeria Ayudame!
Valeria se despertó subitamente, con el corazón latiendo fuertemente contra su pecho, se incorporó sudorosa en la cama y a traves de la neblina de sueño aun podia sentir a lo lejos la petición de auxilio que le hacia esa vocecita infantil. Frunciendo el seño y miro al su alrededor tratando de ubicarse en la realidad de su entorno, se dió cuenta que no era su habitación la que comtemplaba. Las cajas que se apilaban descuidadamente en la esquina del cuarto no guardaban relación en absoluto con la vieja comoda que heredó de su abuela Rita.
Estaba en casa de su tio Gabriel, el hermano de su madre y unico familiar que tenia, no lo habia visto desde que era solo una chiquilla pero en vista de los ultimos acontecimientos deberia acostumbrarse a vivir con él; amargamente recordé los hechos que me trajeron a este lugar frio de paredes blancas y cajas apiladas en los rincones. Mamá habia muerto hace 2 dias, ayer le di el ultimo adios entre llanto el silencioso y un dolor infinito que casi no me dejaba respirar, en esos momentos queria irme con ella, aun lo quiero ni me ato a la idea de seguir sola en el mundo con un guardian que no conozco que es extraño para mi. Su batalla contra el cancer fue inutil, una mujer en sus 38 años que hizo pocas sesiones quimioterapia porque el dinero era insuficiente tenia aun menos probabilidades de superar esa enfermedad, ahora en mi plena adolescencia la necesitaba mas que nunca y ahora tenia la certeza de que no contaria con ella. Baje los pies para ir al baño; los resortes de la vieja cama de hierro protestaron, hacia frio las sombras y la penumbra me recibieron cuando salí al pasillo, sentí una sensación de miedo entre esa oscuridad, el corazon acelero sus latidos y comence a sudar; regañandome a mi misma mire ambos lados y agudicé el oido para tratar de captar algun sonido pero todo estaba en silencio, demasiado silencioso para tranquilizarme; Valeria preferia el sonido de cohes y ruidos de la bulliciosa ciudad donde vivia antes que esta lugar campestre y solitario; sacudiendo la cabeza se dirijio con pasos firme al baño, parecia una camara de luz con la luz de la luna casi brillando sobre la losa blanca de las paredes y el piso, por un momento me senti aliviada por no tener que temer a ningun oscuro alli dentro.
Ya iva de regreso a mi habitacion cuando, sin esperarlo senti casi como un susurro en mi oido derecho la voz de un niño que me dijo claramente:
- Ayudame Valeria, por favor...
Con el cuerpo temblando y el vello de la nuca erizado me di la vuelta lentamente, esperando encontrarme un fantasma o algo asi. Oscuridad y sombras solo eso me rodeaba, pense en llamar al tio Gab pero era una tonteria, seguramente los nervios y el dificil periodo que estaba pasando me tenian nerviosa. De nuevo en mi cama, trate de dormir otra vez, di vueltas una y otra y otra vez pero la sensacion de que algo o alguien estaba alli esperandome era casi abrumadora. Molesta me diriji a la venta para abrirla un poco, corri la cortina y espie el exterior, el amplio patio trasero parecia bañado en plata, la enorme luna redonda como torta gobernaba el oscuro cielo. Espié la oscuridad esperando encontrar algo, abri un poco la ventana para que el aire de la noche me calmara un poco y cerre los ojos, di media vuelta para ir a dormir, pero la sensacion que me venia acosando regresaba con mas intensidad, mi respiracion se aceleró y poco a poco me di la vuelta. Mire al patio y vi mi respuesta, allí en el centro y alumbrado por la luna me observaba un niño de al menos 8 años con unos ojos que parecian la luz misma de los brillantes que eran, su cabellos eran mas oscuro que la noche, vestia unos pequeños calzones y una camiseta a rayas sus pies estaban descalzos y tenia la cara y el cuerpo sucio. No salía de mi asombro, cerre los ojos y los volvi abrir sin embargo alli estaba, solido y mirandome directamente el chico me gritó las palabras que me hicieron levantar de mis sueño momentos antes:
-Ayudame! Ayudame! Ayudame Valeria por favor!
Senti panico, y ganas de correr pero mi cuerpo simplemente estaba fijo en el suelo, no podia moverme, de renpete el ruido de un coche entrando en el patio trasero me trajo a la realidad; el chico de los ojos brillantes me miro a su vez que observaba la luces del vehiculo que entraba y asi sin mas desapareció.
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