La larga carretera se abre ante mis ojos, los arboles tan viejos como
esta tierra desde los lados me saludan entre la oscuridad,el aire seco y
la luna inmensa me acarician el rostro surcado de lagrimas. El viejo
track de Bonnie Tyler suena de trasfondo en el ambiente; llegando al
coro golpeo el volante del coche mientras entre lagrimas repito al
viento la linea, I really need you tonight una y otra vez.
Entonces me detengo...Un flash-back de las ultimas horas comienza sin parar en mi mente...
Salí del trabajo temprano, tenía pensado hacer una cena romántica, con velas y fondue de chocolate para despertar la imaginación. Decidí visitar la olvidada tienda de ropa íntima a la que ya no visitaba para adquirir algo especial para ti o quizá -pensaba entre sonrisas- podría recrear esa escena de Julia Robert con la corbata en Pretty Woman. Desde algún tiempo las cosas habían cambiado entre nosotros , estabas siempre molesto, había algún trato que cerrar en las noches con un cliente extranjero "muy importante", una reunión imposible de posponer; no había intimidad porque estabas cansado o tenías dolor de cabeza.
Esta noche pensaba cambiar todas esas excusas y hacer un nuevo comienzo para los dos. Mi ultima compra fué un buen vino tinto para endulzar los besos. Con buen animo llegue a casa, me di un largo baño de lavanda y preparé todo. Al cabo de dos horas aún no llegabas, las llamadas me caían en buzón de voz, la cena se enfrió al igual que mi humor; una franca tristeza se apoderaba de mi, a través de la ventana miraba los coches imaginando la diversión que buscarían en un viernes por la noche como este, la tristeza dió paso a la rabia y luego a la decepción. Sonó el movil y allí estaba un mensaje de texto que decía: "Estoy en una reunión con un cliente, regresaré tarde, no me esperes despierta." Indignada lancé el celular contra el sofa y me eché a llorar por la cena perdida, por mi, por ti, por la crisis de nuestro matrimonio, por el dolor de no tenerte para mí.
Al poco rato sonó el telefono, con esperanza contesté sin mirar esperando que fueras tú, sin embargo me equivocaba; erá mi hermana Luisa pidiendome que la llevase a una disco-bar a buscar a mi sobrina que al parecer tenía un mal episodio de drogas o algo así; quedé de recogerla en unos minutos y con el cansancio de una anciana me levanté del suelo y fuí a cambiarme; recogí la cena no comida, guardé el vino no tomado y envasé el chocolate y con él su dulzura.
Llegamos a La Petite Mort, en 20 minutos y tras sobornar al guardia conseguimos entrar al cavernoso lugar. La oscuridad se veía interrumpida por las luces fosforescentes que proyectaba el Dj que con manos expertas manipulada un track de los Black Eyed Peas, el lugar estaba abarrotado de chicos y chicas a medio vestir quienes al ritmo de la musica dejaban a poca imaginación sus intenciones posteriores, con precaria visibilidad logramos ubicar a Mery al final del lugar, llevaba un peinado extravagante,un top negro con brillo plateado, una minifalda purpura y adicional a eso sus converse violeta de calaveras negras, el maquillaje era dificil de distinguir sobre su ceniciento rostro; con prisa llegamos hasta ella y entre ambas logramos levantarla del mugroso sofa en que estaba, con uno de sus brazos sobre mi hombro nos dimos la vuelta, precarimente nos abrimos paso entre la multitud que giraba y gritaba en la pista, alguien en uno de sus giros chocó contra mí haciendome tropezar, lo aparté de mi camino y levante la vista para ver fugazmente a través del cristal la sección VIP; y fue en ese momento cuando recibí el más duro de los golpes esa noche; porque a pocos pasos, entre los brazos de una rubia enfundada en un topless blanco diminuto que proclama a grandes gritos una perfecta cirugía se encontraba mi diligente, ocupado, nunca disponible, totalmente honesto y adorado Esposo!. Con el corazón despedazandose en mi pecho grité, solté a mi sobrina y caminé hacia ellos, él lucía una camisa blanca sin corbata, una de sus manos se apoyaba en el perfecto trasero de la infeliz mientras que con la otra otra sujetaba su nuca y le buceaba la boca. Al llegar adonde estaban los empujé con todas mis fuerzas logrando que se separarán, en este punto Carlos volteó con la intención de soltar un taco, pero al verme su rostro perdió color y solo pudo acertar decir un "¿Que haces aqui? No puede ser.. ¿Como...?" en respuesta le lancé un bofetón y entonces vi la cara de la furcia con quien estaba y mi precario control se hizo pedazos, su amigable amiguita no era otra que mi hermanastra, mi puta hermanastra!. ¿Como era posible que hicieran eso conmigo?.
Ella solo me miró y de forma altanera me dijo: "Le doy desde hace mucho, lo que tú no le das". No lo soporté, me tiré encima de ella, odiandolos a ambos con toda mi alma, repartí patadas, golpes al igual que los recibí; el mosntruo de seguridad me saco a trompicones del sitio, dejandome caer humillada en la acera exterior, mis musculos entumecidos al igual que mi corazón, mi sentimientos haciendome compañia en el suelo del cemento, grité y lloré mientras exclamaba ¿porque? mil veces ; a pocos metros se encontraba el coche y precariamente saque la llave de mi bolsillo trasero, me subí en el arranqué y pise con prisa el acelerador.
Volviendo a la vieja carretera, enciendo el motor, seco mi rostro, levanto la mirada y me encuentro en esta carretera sin fín, no se saber que esperar, estoy sin saber que hacer, sin querer volver; conduciendo este hilo infinito sin rumbo, ya no me quedan lagrimas, ya no me queda amor, ya no tengo matrimonio solo un inminente divorcio, mi pena y la decepción ahogaron el amor. Ya no queda nada de esa alegre mujer que salió temprano con la esperanza de tener una noche maravillosa con su amado. Ya no queda eso, ya no queda sino una linea oscura por recorrer, un camino de desconfianza, en este lugar dejé la inocencia que quedaba, en este lugar dejé a esa que era yo hace un par de horas.
Entonces me detengo...Un flash-back de las ultimas horas comienza sin parar en mi mente...
Salí del trabajo temprano, tenía pensado hacer una cena romántica, con velas y fondue de chocolate para despertar la imaginación. Decidí visitar la olvidada tienda de ropa íntima a la que ya no visitaba para adquirir algo especial para ti o quizá -pensaba entre sonrisas- podría recrear esa escena de Julia Robert con la corbata en Pretty Woman. Desde algún tiempo las cosas habían cambiado entre nosotros , estabas siempre molesto, había algún trato que cerrar en las noches con un cliente extranjero "muy importante", una reunión imposible de posponer; no había intimidad porque estabas cansado o tenías dolor de cabeza.
Esta noche pensaba cambiar todas esas excusas y hacer un nuevo comienzo para los dos. Mi ultima compra fué un buen vino tinto para endulzar los besos. Con buen animo llegue a casa, me di un largo baño de lavanda y preparé todo. Al cabo de dos horas aún no llegabas, las llamadas me caían en buzón de voz, la cena se enfrió al igual que mi humor; una franca tristeza se apoderaba de mi, a través de la ventana miraba los coches imaginando la diversión que buscarían en un viernes por la noche como este, la tristeza dió paso a la rabia y luego a la decepción. Sonó el movil y allí estaba un mensaje de texto que decía: "Estoy en una reunión con un cliente, regresaré tarde, no me esperes despierta." Indignada lancé el celular contra el sofa y me eché a llorar por la cena perdida, por mi, por ti, por la crisis de nuestro matrimonio, por el dolor de no tenerte para mí.
Al poco rato sonó el telefono, con esperanza contesté sin mirar esperando que fueras tú, sin embargo me equivocaba; erá mi hermana Luisa pidiendome que la llevase a una disco-bar a buscar a mi sobrina que al parecer tenía un mal episodio de drogas o algo así; quedé de recogerla en unos minutos y con el cansancio de una anciana me levanté del suelo y fuí a cambiarme; recogí la cena no comida, guardé el vino no tomado y envasé el chocolate y con él su dulzura.
Llegamos a La Petite Mort, en 20 minutos y tras sobornar al guardia conseguimos entrar al cavernoso lugar. La oscuridad se veía interrumpida por las luces fosforescentes que proyectaba el Dj que con manos expertas manipulada un track de los Black Eyed Peas, el lugar estaba abarrotado de chicos y chicas a medio vestir quienes al ritmo de la musica dejaban a poca imaginación sus intenciones posteriores, con precaria visibilidad logramos ubicar a Mery al final del lugar, llevaba un peinado extravagante,un top negro con brillo plateado, una minifalda purpura y adicional a eso sus converse violeta de calaveras negras, el maquillaje era dificil de distinguir sobre su ceniciento rostro; con prisa llegamos hasta ella y entre ambas logramos levantarla del mugroso sofa en que estaba, con uno de sus brazos sobre mi hombro nos dimos la vuelta, precarimente nos abrimos paso entre la multitud que giraba y gritaba en la pista, alguien en uno de sus giros chocó contra mí haciendome tropezar, lo aparté de mi camino y levante la vista para ver fugazmente a través del cristal la sección VIP; y fue en ese momento cuando recibí el más duro de los golpes esa noche; porque a pocos pasos, entre los brazos de una rubia enfundada en un topless blanco diminuto que proclama a grandes gritos una perfecta cirugía se encontraba mi diligente, ocupado, nunca disponible, totalmente honesto y adorado Esposo!. Con el corazón despedazandose en mi pecho grité, solté a mi sobrina y caminé hacia ellos, él lucía una camisa blanca sin corbata, una de sus manos se apoyaba en el perfecto trasero de la infeliz mientras que con la otra otra sujetaba su nuca y le buceaba la boca. Al llegar adonde estaban los empujé con todas mis fuerzas logrando que se separarán, en este punto Carlos volteó con la intención de soltar un taco, pero al verme su rostro perdió color y solo pudo acertar decir un "¿Que haces aqui? No puede ser.. ¿Como...?" en respuesta le lancé un bofetón y entonces vi la cara de la furcia con quien estaba y mi precario control se hizo pedazos, su amigable amiguita no era otra que mi hermanastra, mi puta hermanastra!. ¿Como era posible que hicieran eso conmigo?.
Ella solo me miró y de forma altanera me dijo: "Le doy desde hace mucho, lo que tú no le das". No lo soporté, me tiré encima de ella, odiandolos a ambos con toda mi alma, repartí patadas, golpes al igual que los recibí; el mosntruo de seguridad me saco a trompicones del sitio, dejandome caer humillada en la acera exterior, mis musculos entumecidos al igual que mi corazón, mi sentimientos haciendome compañia en el suelo del cemento, grité y lloré mientras exclamaba ¿porque? mil veces ; a pocos metros se encontraba el coche y precariamente saque la llave de mi bolsillo trasero, me subí en el arranqué y pise con prisa el acelerador.
Volviendo a la vieja carretera, enciendo el motor, seco mi rostro, levanto la mirada y me encuentro en esta carretera sin fín, no se saber que esperar, estoy sin saber que hacer, sin querer volver; conduciendo este hilo infinito sin rumbo, ya no me quedan lagrimas, ya no me queda amor, ya no tengo matrimonio solo un inminente divorcio, mi pena y la decepción ahogaron el amor. Ya no queda nada de esa alegre mujer que salió temprano con la esperanza de tener una noche maravillosa con su amado. Ya no queda eso, ya no queda sino una linea oscura por recorrer, un camino de desconfianza, en este lugar dejé la inocencia que quedaba, en este lugar dejé a esa que era yo hace un par de horas.
Nyra, qué tremenda historia vivió esta mujer,!Y qué bien contada! disculpa no haber dejado un comentario antes, pero sucede algo con el formato de este tipo de comentarios. El final es conmovedor y da sentido al título.
ResponderEliminarUn beso, amiga, y muchas gracias por tu visita!
Blanca
Hola Blanca, caramba te digo que un halago de tu parte lo recibo muy, muy gratamente!
ResponderEliminarGracias, esta historia no la viví pero como fiel obervadora traté de que la historia viera la luz lo mejor posible.
Un beso y es un placer visitarte :)